“Diálogos con la
arquitectura” 2015-2025
"La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz" Le Corbusier.
Conocer a Alejandro Quincoces y
aprender de él me permitió dibujar calles, edificios… y explorar cómo nos
relacionamos con la ciudad.
Luego emprendí una
búsqueda más introspectiva y descubrí Txingudi
Ikastola, 2017: un edificio que me ofrecía un campo de estudio sobre la incidencia
de la luz y la creación de espacios que, a veces, rozaban la abstracción. La
arquitectura me dio un lenguaje compositivo en el que el color cedía
protagonismo a las luces y a las sombras.
La ruina —la antigua aduana de
Irun y el fuerte de Txoritokieta— evoca el tiempo detenido y el desgaste que la
historia imprime en las cosas y en nosotros. Una ruina no solo muestra el paso
del tiempo, sino que lo encarna, lo hace visible y lo vuelve tangible.
Esto me ha permitido evolucionar desde otra perspectiva, la de la imagen,
entendida como excusa para la experimentación. ¿Qué es más importante, el
proceso o el resultado?
Antes abordaba cada obra desde una concepción previa muy clara. Ahora intento
que cada pintura surja de un cúmulo de circunstancias que se dan mientras
pinto. Investigo, pruebo y, sobre todo, me divierto. Ya no persigo tanto la
imagen inicial: es el proceso el que da forma a la obra de arte.